Sete Cidades, Azores

No dejes de explorar el pueblo de Sete Cidades y sus lagunas en tu paso por la Isla de San Miguel, Azores

Sete Cidades, Azores
© Gustav

Sete Cidades es una de las auténticas joyas del archipiélago de las Azores. Este magnífico pueblo, localizado a orillas del Lago Azul, en el fondo de un cráter volcánico emplazado en el Oeste de la Isla de San Miguel, es uno de los puntos de visita imprescindible para conocer las lagunas formadas en las antiguas bocas este gran volcán.

Lagoa das Sete Cidades
© Bruno Cruz

Sete Cidades es uno de los pocos núcleos que aún conservan la arquitectura tradicional primitiva micaelense. Todas sus casas son de una sola planta, individuales, de piedra vista y tejado con tejas a dos aguas y están preparadas para soportar los movimientos sísmicos que sacuden periódicamente esta zona. La mayoría cuentan con jardín y muchas de ellas albergan en su parte trasera un pequeño gallinero, un huerto y un hórreo o palheiro.

La vida aquí, a pesar de los numerosos viajeros que vienen y van, es plácida y el turismo no ha llegado a alterar los entornos rurales.

Al inicio del pueblo se encuentra la escuela y, al final, la Iglesia Románica de São Nicolau, precedida por el palco de la música.

Un poco más alejado se encuentra el cráter y dos espectaculares lagunas (Lagoa Verde y Lagoa Azul) dispuestas en forma de ocho, que un una leyenda considera como producto del llanto de dos amantes, una princesa y un pastor, que fueron obligados a separarse para siempre. Alrededor de dicha laguna se alzan cumbres de 440 a 850 metros.

La Lagoa Verde cuenta con 1.400 metros de circunferencia, 750 metros de ancho, un perímetro de 4 kilómetros y un área de 905.064 m2. Desde ella, una pista de tierra se prolonga hasta una zona recreativa arbolada desde la que parte una senda peatonal que da una vuelta completa a la laguna. Se tardan unos 45 minutos en realizar el recorrido completo.

La Lago Azul es bastante más grande, ya que cuenta con un perímetro de de 8,5 kilómetros, 2.400 metros de ancho, y una extensión de 3.917,764 m2. Junto a ella fue construido un túnel-aliviadero de 1.200 metros para evacuar parte del agua de los 70 cursos que a ella vertían agua, que en ocasiones provocaban grandes inundaciones, dando lugar a la Grota do Alqueive y sus cascadas que vierten el agua al mar.

Desde el puente encontrarás una pista de tierra por la que pasan los coches para llegar hasta la zona residencial del Cerrado das Freiras, que pronto se convierte en un camino por el que se puede realizar una ruta de senderismo hasta llegar a uno de los salientes que rompen la circularidad del lago.

A unos 2 kilómetros de ambos lagos y pasando a través de un recorrido señalizado, se llega al mirador sobre la Lagoa de Santiago, una laguna enclavada en un hondo cráter circular, con desniveles superiores a los 200 metros, y rodeada por frondosos bosques de laurisilva y criptomerias. Existe un sendero estrecho y empinado que desciende a través del bosque hasta la orilla del lago, la duración del recorrido de este sendero es de unos 35 minutos ida y vuelta.

Desde aquí parte una camino que llega al Mirador Cerrado Das Freiras, que también ofrece unas excelentes vistas sobre el Lago Azul.

Lagoa Rasa es otro pequeño lago circular, cuyo acceso es algo más complicado.

Existen varias leyendas acerca del nombre de la ciudad. Una de ellas cuenta que una erupción hizo desaparecer siete grandes poblaciones para evitar la codicia de los marineros que venían en busca de riquezas. Otra, en cambio, cuenta que el nombre de la ciudad viene de siete obispos que, huyendo de los árabes, encontraron un refugio en las “islas perdidas” y edificaron las “siete ciudades”.

Algo que sí podemos afirmar con seguridad, es que el mejor lugar para descubrir esta maravilla de las azores es el Mirador da Vista do Rei, el mirador más famoso de la isla. Desde él se divisan las lagunas verde y azul, con el puente que las separa desde 1958, y toda la caldera que las acoge.

En los alrededores también hay otras lagunas menores, como la Lagoa Canário, a la que se accede a través una puerta metálica (visitas de 8:30 a 16:00 los sábados y domingos; de 10:00 a 19:00 de mayo a septiembre). El recinto también alberga un merendero y el Mirador Grota do Inferno, que ofrece vistas sobre las lagunas mayores. Otras pequeñas lagunas que podrás visitar en la zona son la Lagoa Acueducto das Nove Janelas, la Lagoa do Pau Piqué, y las Lagoas Empadadas.

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